jueves, 10 de febrero de 2011

Eres tu ACTITUD.

El invierno nos ofrece una tregua hoy con un día espléndido, no parece ser Febrero.  Acostumbrada al frío implacable por estas fechas, hoy por fin no me veo obligada a vestir como una cebolla. Mi espalda ya no soportaba el peso de tanta ropa encima y suspira agradecida por un descanso que se prevé breve. Me parece mentira que haya podido salir hoy a la calle con una simple camisa de manga larga y un fular negro del que tuve que deshacerme en mitad del paseo porque me provocaba tal picor en el cuello que casi me dejo la piel en carne viva tras rascarme como un perro pulgoso.

 Después de dejar a mi hijo Diego en la guardería y soportar una mirada que parecía decir: “mamá, eres un ser despreciable”, fui a contemplar escaparates sintiéndome la peor madre del mundo. Hay algo de paranormal en los momentos en que paseo frente a los maniquís, ellos me hacen señas, mueven sus manitas indicándome que desean que entre a verles con más calma. Cobran vida y entran en mi mente como cantos de sirena, pero hoy parecían estar menos insistentes, supongo que no tenían un buen día. Como mujer atrevida que soy, voy donde nadie me llama, así que decidí entrar a husmear qué había de nuevo en la colección de primavera, eso sí, premeditada para no invertir los escasos eurillos que se aferraban a mi cartera. Vi muchas faldas tipo Hippie (ese royo me encanta) y pantalones anchos años 70 de esos que a mi novio Juanma le provocan repulsión y que a mi me provoca abofetearle para que entienda que no son tan horribles, esos que mi mama dice pantalones cagados. Serán horribles a la mirada de muchos, pero a mí me parecen originales y comodísimos y son mi concejo de hoy. 

Los baggy son aquellos pantalones con los que te puedes inclinar con la tranquilidad de que todo está en su sitio allá en la popa. Es verdad que no marcan mucho tu anatomía femenina pero con una camiseta ajustadita seguro te verás de muerte lenta. Por otro lado, te ofrecen una doble personalidad, si con ellos usas unas francesitas quedas muy casual y si por el contrario eres más de taconazo, captarás la atención de tod@s allá por donde pases.

Pero siempre recordemos que más importante que el trapo que te pongas encima será tu actitud, siéntete bella y divina, sal a la calle y comete el mundo ( esto no quiere decir que compres chocolates y te lo zampes de una sentada, NO!!!) y demuestra la mujer atractiva, inteligente  y divertida que eres.

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